El olor del miedo by Manuel Ríos San Martín

El olor del miedo by Manuel Ríos San Martín

autor:Manuel Ríos San Martín [Ríos San Martín, Manuel]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 2023-08-30T00:00:00+00:00


67

Amanecía cuando Brezo y Elena llegaron a la vivienda que compartían en el centro de Valencia. Se besaron en la mejilla para infundirse ánimo y se fue cada cual a su habitación a descansar; la noche había sido larga y terrible. ¡Qué lejos quedaban los recuerdos bonitos de su paso por Madrid!

Las persianas del dormitorio estaban a medio bajar y el sol, asustadizo, se colaba entre las rendijas de las lamas creando un ambiente anaranjado. Cuando fue a poner el móvil a cargar, estaba casi sin batería y vio que tenía un wasap de Cristina: «He encontrado algo. Llámame». Dudó si era buen momento para hacerlo. Pensaba darse una ducha y meterse después en la cama, pero el mensaje era de apenas unos minutos atrás. Y no quería contrariar todavía más a su pareja.

—He encontrado algo en el teléfono de Adolfo —le dijo nada más descolgar. Estaba sentada en pijama en su dormitorio y con el ordenador encendido.

A Elena, una noticia que la hubiera afectado hacía unas horas le sonaba ajena.

—No sé ni si quiero oírlo. Sidy… está en la UCI —explicó después de dudar si debía dar la información—. Parece que ha salido bien, pero no nos han dejado verlo.

Hubo un momento de silencio. Había dolor en ambas mujeres, aunque por motivos muy diferentes.

—Me alegra que haya salido bien —respondió Cristina para aparcar las diferencias. Sonó sincera y dolida—. Hay un nuevo pago en criptomonedas. De ayer. Y he encontrado también varias fotos de elefantes y un estudio de distintos calibres de balas.

—Hoy no quiero saber nada. Necesito dormir. No sé si he llegado demasiado lejos con la investigación. Me hace daño.

A Cristina la desilusionó el comentario. Llevaba toda la noche enfrascada en el teléfono del vigilante.

—Quiero que sepas que, a pesar de todo lo que ha ocurrido, me encantaría que te vinieras a vivir conmigo.

—A mí también, pero hoy estoy destrozada. Me voy a dar una ducha y a dormir un poco —explicó entrando en el baño—. Total, no voy a poder trabajar en el parque en unos días.

—Como quieras. Si estás más libre podemos ir a la clínica para que te expliquen el procedimiento…

—Cristina —la interrumpió—, lo siento mucho, pero no estoy preparada para tener un niño en mi vientre. Perdona si te he dado esperanzas. Lo hablamos en unas semanas, si quieres.

Cristina recibió las palabras en soledad, sin inmutarse, aunque por dentro la decepción le desgarraba las entrañas.

—Me parecería bien que buscases otras opciones. Sé que es la ilusión de tu vida y no puedo negarme a que seas madre. No se me ocurriría.

Y, sin mediar más palabras, colgó el teléfono y se metió en el baño.

Cristina se quedó consternada por la noticia que, sin embargo, después de la noche tan extraña, ya se temía. Volvió a centrarse en el ordenador para no pensar en sí misma. Esta investigación le había despertado emociones que llevaban años dormidas y podía servirle para desahogar sus problemas.

La vida del vigilante de seguridad estaba en sus manos.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.